El dicho “la necesidad es la madre de la invención” no podría ser más apropiado que en el desarrollo de los modernos conectores electrónicos modulares. Su invención, mejora y aceptación ha ayudado a impulsar la explosión de las comunicaciones de voz y datos en todo el mundo. Como de costumbre, un poco de historia prepara el escenario.
Desde la década de 1930 hasta la década de 1960, el sistema telefónico estaba dominado por las compañías telefónicas que poseían el hardware y no permitían equipos de terceros, ni siquiera en casas particulares.
La conexión de edificios y teléfonos individuales a la red se logró a través de conectores antiguos y voluminosos en uso desde la década de 1930 y mediante cables individuales que debían ser instalados y reparados por un técnico, lo que generalmente significaba una costosa «visita a domicilio». Si bien el hardware de interconexión era robusto para la época, el sistema era desgarbado e ineficiente.
Con el crecimiento del sistema telefónico comercial y de consumo, AT&T comenzó a buscar una forma de reducir los costos del servicio y brindar un sistema de conexión más simple. A fines de la década de 1960, AT&T asignó a Western Electric la tarea de desarrollar una solución. Su trabajo condujo a un sistema «modular» de componentes de conexión estándar que eran más pequeños, más baratos de producir y más fáciles de instalar que la versión anterior.
Este sistema se lanzó por primera vez al público en el popular teléfono Trimline de AT&T en 1965, y los conectores y cables individuales se hicieron accesibles al público a principios de la década de 1970.
Además, en la década de 1970, una orden de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE. UU. estableció un estándar para la interconexión entre el equipo de la compañía telefónica y el equipo del cliente. Esto estandarizó la interfaz y estableció una propiedad separada del cableado doméstico o de la oficina de la propiedad del proveedor de servicios. Estas conexiones utilizaron los conectores modulares recientemente desarrollados. En 1976, la FCC ordenó un sistema de registro para estos conectores, y se conocieron como conectores registrados (RJ).
La especificación de la interfaz RJ incluye la construcción física del conector, los patrones de cableado y las especificaciones de la señal. Los conectores registrados están etiquetados con las letras RJ, seguidas de dígitos adicionales para indicar el tipo y variaciones menores. Los conectores modulares y los conectores RJ son nombres comunes para los mismos dispositivos.
A pesar de que se estandarizaron hace más de cuarenta años, el uso de conectores modulares continúa creciendo en muchas aplicaciones debido a su amplia adopción, disponibilidad y facilidad de uso.