Artículo técnico sobre los nuevos productos IPE OFF-Board escrito por el Departamento Técnico de AVNET Abacus
El cambio climático está impulsando una revolución en el sector energético, con un cambio sin precedentes desde los combustibles fósiles a las energías renovables con bajas emisiones de carbono. En 2023, la capacidad de generación de energía renovable en todo el planeta alcanzó un récord al superar los 440 GW, lo que supone un aumento de más de 100 GW con respecto a 2022, de acuerdo con los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE o IEA en inglés)1.
Este crecimiento rápido está siendo guiado por los sistemas solares fotovoltaicos (PV) y cuenta con el respaldo de una expansión constante de la capacidad instalada de los aerogeneradores, tanto terrestres (onshore) como marinos (offshore) con, a menudo, grandes parques eólicos ubicados en el mar.
Para poder confiar en las fuentes renovables como aerogeneradores y paneles solares la industria necesita productos IPE OFF-board con diseño robusto, entre los que se incluyen conectores, barras colectoras y mazos de cable. Aparte de transportar electricidad desde el lugar donde se genera hasta la red, estos componentes también son esenciales a la hora de permitir la integración con sistemas de almacenamiento de baterías, que ayudan a gestionar la energía intermitente proporcionada por los sistemas eólicos y solares.
En este artículo, abordaremos algunos de los problemas y los requisitos para los productos IPE OFF-board en proyectos de energías renovables, así como las consideraciones que conlleva la elección de los componentes adecuados.
Energía eólica y solar fotovoltaica
Los aerogeneradores suelen encontrarse en localizaciones remotas con condiciones ambientales adversas, ya sea en suelo terrestre o en el mar. De manera similar, los sistemas solares fotovoltaicos también se sitúan en entornos hostiles y pueden estar ubicados muy lejos de los equipos de servicio y reparación.
Esto implica que la fiabilidad de todos los sistemas es un aspecto esencial y se espera que todos los componentes sean robustos y, preferiblemente, libres de mantenimiento durante la vida útil del sistema de generación de energía. Los periodos de inactividad por tareas de reparación no previstas pueden ser extremadamente costosos, con la logística compleja de llevar a los profesionales y las piezas apropiadas a un lugar remoto.
Entre los requisitos habituales se suelen encontrar unos rangos de temperatura operativa extendida, como de -40 a +85 °C, y un diseño IP67 o IP68 para impedir el ingreso de polvo y humedad. Los cables pueden ser armados para proteger ante daños físicos y tienen que ser lo suficientemente flexibles para resistir el movimiento durante el uso.
